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Fresia Wakolda Araya Manquecoy

La mujer mapuche orgullosa de la vida rural: “Soy un pájaro volador, no puedo vivir en el pueblo”

  • Jueves 14 de octubre de 2021
  • 16:34 hrs
  • Autor: Claudio Zurita Gutiérrez
Fresia Wakolda Araya Manquecoy, artesana de Romeral.

Fresia Wakolda Araya Manquecoy, artesana de Romeral.

Entre hierbas medicinales, alfarería y mermeladas Fresia Araya es reconocida por su trabajo como artesana en el sector Huaico Bajo de Romeral.

Fresia Wakolda Araya Manquecoy se levanta día a día para alimentar a sus animales, regar sus plantas y planear su jornada el sector de Huaico Bajo, en la comuna de Romeral, donde dice sentirse libre con la vida en el campo y alejada de los ruidos de la ciudad.

“En la mañana me levanto a ver mis gallinas colloncas, después hago los quehaceres de mi casa y en la tarde me preocupo por las plantas para luego estar unas horas en el taller y dedicarme a las joyas”, explica.

Fresia indica sentirse orgullosa de su descendencia mapuche y de llevar el nombre de una de los personajes importantes en la historia durante la Guerra de Arauco, por lo que actualmente se dedica a honrar al pueblo originario desde la región del Maule, cultivando hierbas medicinales y fabricando joyas mapuche desde su casa.

En conversación con Diarios en Red explica que comenzó con la alfarería mapuche tras participar en un taller donde fue calificada como una de las mejores, sin embargo, no pudo continuar producto del estallido social y posteriormente la pandemia del coronavirus.

“El conocimiento que aprendí me sirvió para seguir practicando, fui muy bien evaluada por la profesora. Ella me decía ‘usted tiene el talento para seguir trabajando’. Yo era de esas que no quería ni almorzar para seguir, me encantaba, me apasionaba todo lo que hacía, cada vez que terminaba una joya la veía y no podía creer que mis manos hacían esas cosas”, comentó.

Ella participa en ferias para ofrecer sus productos junto a otras personas del mismo pueblo originario en la comuna de Curicó, sin embargo, en la actualidad utiliza las redes sociales y el boca a boca para que sus joyas lleguen a las manos de sus clientes.

“También hago hierbas medicinales y mermeladas orgánicas, en el campo tengo toda la materia prima (...) los vendo de boca a boca y tengo mi Facebook para presentar mis cosas y la mayoría los viene a buscar a mi casa”, dice.

Su marido trabaja como temporero, sin embargo, hace unos años sufrió un infarto, lo que le ha negado la posibilidad de seguir laburando como él quisiera y en este momento lo hace de forma esporádica.

Esto la ha llevado a tomar las riendas financieras de su vivienda y buscar distintas formas de generar ingresos que les permitan solventar los gastos mes a mes, como por ejemplo hacer tortillas de rescoldo para venderlas y mermeladas, además de las plantas y joyas.

Vida de campo y cuidado del medio ambiente

Araya Manquecoy cuenta que salió a muy temprana edad de su casa, donde vivía con sus nueve hermanos, para trabajar y la vida en la zona rural siempre le ha gustado y se emociona al hablar de ello”.

“Soy un pájaro volador, no puedo vivir en el pueblo. Voy a la casa de mi hermana en Santiago y me siento en la cárcel, encerrada, con rejas. Me gusta estar al aire libre, estoy muy poco dentro de mi casa, estoy afuera, hay tanta cosa que hacer. En este momento no podría vivir en la ciudad”, confesó.

De igual forma indica que vivió un tiempo en Curicó para trabajar y así obtener mayores ingresos para la educación de sus hijos, sin embargo, no estaba tranquila, “voy a la ciudad y me vengo”.

“El campo es otra cosa, el sonido de las aves, el canto del gallo, como lo dije soy un pájaro volador libre, no me gusta el encierro”, recalcó.

Por su amor a la naturaleza hace un llamado al cuidado del medio ambiente, particularmente en el Río Teno, donde indica estar “luchando” junto a otros vecinos para que las personas que visitan el balneario lo cuiden y se lleven la basura que dejan en el lugar.

“Siempre estamos pendiente de que apaguen el fuego, se lleven la basura, de cuidar el medio ambiente, cuidar la naturaleza”, dijo

A sus 63 años Fresia cuenta con diversas experiencias, por lo que les deja un mensaje a la juventud. “Descúbrase, a veces tiene un potencial en su ser, hay tantas cosas que hacer en manualidades, uno nunca termina de aprender (…) hay que valorarse, quererse, la tecnología no lo es todo, tenemos tantas cosas que aprender”, sentenció.