Hace casi dos décadas, la enfermera maulina Esmeralda Morales empezó a trabajar en el Hospital de Talca. Sus primeros años fueron en el área de Diálisis y Trasplantes -su especialidad-, tiempo después inició en el departamento de Gestión del Cuidado y hace un año atrás se convirtió en sub-directora del área.

Esmeralda, nacida y criada en la localidad de Gualleco, comuna de Curepto, ha vivido grandes desafíos en la atención, entre estos el terremoto del 27F en Talca y desde hace ya más de un año la pandemia del Covid-19. Tal como sus compañeros enfermeras y enfermeros han afrontando con vocación cada adversidad.

“Yo creo que la motivación es poder ayudar a otro, yo siempre digo soy enfermera de corazón, porque a uno lo que lo motiva es que ese paciente reciba la mejor atención  y esa atención no va a depender solo de mi sino de todo el equipo que uno dirige”, cuenta.

Agotamiento laboral y vida personal

Las enfermeras y enfermeros han cumplido un rol importante en la atención de pacientes Covid-19, y si bien normalmente las jornadas son extensas y con turnos diversos, en tiempos de pandemia el trabajo se ha intensificado, y sin duda el agotamiento en los funcionarios.

“Todo esto fue sumando agotamiento, porque ha sido más largo de lo que pensábamos, tuvimos gente que falleció durante su estadía en el hospital, había gente que no era de Talca y así fuimos avanzando en el transcurso de este tiempo. Los funcionarios de salud se fueron agotando, pero no por eso dejaron de estar presentes, dando la mejor atención a los pacientes de la región y de otras ciudades”, relata.

Esmeralda, tal como muchos de sus compañeros, no solo ha vivido intensas jornadas laborales en la pandemia, al llegar a su hogar la espera su esposo e hijos de 9 y 12 años, a quienes también cuida y resguarda de la pandemia.

“Yo creo que todos los funcionarios de salud estamos conscientes que en momentos más complejos, vamos a estar presentes, así que en ese sentido uno se organiza de manera de poder rendir a nivel familiar y también con la institución. Es más pesado que en tiempos habituales”.

Historias que dejan huella

Las enfermeras, como primera línea en la atención de la pandemia, han tenido que afrontar duros momentos humanos. Esmeralda, por su labor en el área de Gestión del Cuidado, debe estar presente en todos los servicios, y en uno de ellos encontró una historia que le dejó una huella: uno de los decesos por causas asociadas al virus.

“Hay varios casos que uno recuerda y dentro de esos recuerdo uno que estuvo un matrimonio de adultos mayores hospitalizados y uno de ellos se agravó y estaba en la parte terminal y se hizo todos los nexos para que ellos se despidieran. Eso me marcó y al equipo, estaban todos muy afectados”, recuerda.

Y agrega: “en eso también nosotros buscamos la mejor forma de que el paciente tenga una estadía más humana y más digna”.

Un trabajo comprometido

Hoy, en el Día Internacional de la Enfermería, Esmeralda destaca el trabajo comprometido de sus compañeras y compañeros, especialmente durante la pandemia.

“Primero dar las gracias, es fundamental dar las gracias por toda la dedicación que han tenido durante todo este año y que nos ha permitido dar una atención a las personas que lo han necesitado, felicitar a todo el equipo de salud y en especial todas las enfermeras y enfermos”, dice. 

“Yo creo que lo que más destaco es su compromiso, el compromiso en dar atención a cada uno de los pacientes que tenemos acá”, agrega. 

La enfermera maulina, hace un llamado tanto los profesionales, como a público en general a  continuar con las medida de autocuidado. “Esto no acaba aquí, estamos quizá recién aprendiendo qué es esta pandemia. No sabemos cómo van a ser las secuelas, los casos siguen presentes. Esto depende de cada uno de nosotros y las medidas que podamos aplicar”, asevera.